La Expulsión de los Judíos de España | HistoryNet

La Expulsión de los Judíos de España

Introducción

La historia de el mundo y los judíos es bastante extensa y va más allá solo de la segunda guerra mundial y, en este texto hablaremos más sobre ello; el mundo y la  vida no ha sido muy grata con los judíos, lamentablemente.

Buenas, como ya vieron, estaremos tratando como tema de esta entrada a los judíos. Como escritores y creadores tenemos a Lucía Zavala y Mateo Ambriz de 3°I, como es obvio, esto se publicará en el blog de HistoryNet, y bueno como saben esto es un blog sobre historia en Europa en epoca renacentista, así que si les interesa todo este tipo de cosas relacionadas con la historia, les invitamos a leer mas de nuestras entradas, como la que habla sobre la guerra de los 100 años y otra sobre la familia Medici, los podrás encontrar en la pagina principal del blog. ¡Así que comencemos!


La expulsión de los judíos es un tema que hasta día de hoy se sigue tratando un poco en España, fue una decisión de los reyes católicos  , que profundizaremos más adelante. En general estaremos hablando sobre la historia y el trayecto judío a lo largo de la etapa renacentista en Europa, y de cómo se les ha tratado y que consecuencias y tratos tienen a día de hoy.

Expulsión de los judíos de España (año 1492)




ASPECTO ECONÓMICO



 ¿Cómo afectó económicamente la salida de los judíos a España ? 

Impacto económico de la expulsión parece descartada la tesis de que supuso un duro revés y frenó el nacimiento del capitalismo, con lo que sería una de las causas de la decadencia de España. La expulsión de los judíos produjo problemas a nivel local pero no una catástrofe nacional.

En términos estrictamente demográficos y económicos, y prescindiendo de los aspectos humanos, la expulsión no supuso para España ningún deterioro sustancial, sino solamente una crisis pasajera rápidamente superada"

En el terreno económico resultaron particularmente negativas, puesto que una parte importante de las finanzas del reino estaba en manos de banqueros judíos, aunque no todos se marcharon. Graves también fueron las consecuencias en algunas actividades profesionales, como la medicina, el comercio y las artesanías.



¿Afecto a algún otro territorio económicamente?

La mayoría de los judíos expulsados se instalaron en el norte de África, a veces vía Portugal, o en los estados cercanos, como el reino de Portugal, el reino de Navarra, o en los estados italianos. Como de los dos primeros reinos también se les expulsó en 1497 y en 1498 respectivamente, tuvieron que emigrar de nuevo. Los de Navarra se instalaron en Bayona en su mayoría. Y los de Portugal acabaron en el norte de Europa (Inglaterra o Flandes). En el norte de África, los que fueron al reino de Fez sufrieron todo tipo de maltratos y fueron  expoliados, incluso por los judíos que vivían allí desde hacía mucho tiempo. Los que corrieron mejor suerte fueron los que se instalaron en los territorios del Imperio Otomano, tanto en el norte de África y en Oriente Próximo, como en los Balcanes y la República de Ragusa, después de haber pasado por Italia. El sultán Bayaceto II dio órdenes para que fueran bien acogidos y su sucesor Solimán el Magnífico exclamó en una ocasión refiriéndose al rey Fernando: "¿A éste le llamáis rey que empobrece sus estados para enriquecer los míos?"


ASPECTO ARTÍSTICO



¿Cuántos judios fueron expulsados de España?

El número de judíos expulsados sigue siendo objeto de controversia. Las cifras han oscilado entre los 45.000 y los 350.000, aunque las investigaciones más recientes, según Joseph Pérez, la sitúan en torno a los 50.000, teniendo en cuenta los miles de judíos que después de marcharse regresaron a causa del maltrato que sufrieron en algunos lugares de acogida, como en Fez, Marruecos.​ Julio Valdeón, citando también las últimas investigaciones, sitúa la cifra entre los 70.000 y los 100.000, de los que entre 50.000 y 80.000 procederían de la Corona de Castilla, aunque en estos números no se contabilizan los retornados.


En Italia numerosos escritores, como Giuliano Dati o Matteo Bosso, elogiaron la expulsión. En Nápoles el rey Ferrante recibió peticiones para imitar la decisión de su primo el rey Fernando. La expulsión fue uno de los motivos aducidos por el papa Alejandro VI para conceder en 1496 a Fernando e Isabel el título de "Reyes Católicos".


Monumento a la Tolerancia en Sevilla, ubicado en el lugar donde fueron quemados vivos cinco judíos. Realizada por el escultor y pintor Eduardo Chillida, que se encuentra instalada en el muelle de la Sal, junto al paseo de Colón, el puente de Triana y el río Guadalquivir.



Plato judeoespañol del siglo XIV

A continuación les dejare el link a un vídeo que habla sobre las verdades y mentiras sobre la expulsión. https://www.youtube.com/watch?v=b7kHRyATI_A



¿Cómo fue que abandonaron los judíos el país?

Los judíos que decidieron no convertirse "tuvieron que prepararse para la marcha en tremendas condiciones". Tuvieron que malvender sus bienes debido a que contaban con muy poco tiempo y tuvieron que aceptar las cantidades a veces ridículas que les ofrecieron en forma de bienes que pudieran llevarse porque la salida de oro y de plata del reino estaba prohibida –la posibilidad de llevarse letras de cambio no les fue de mucha ayuda porque los banqueros, italianos en su mayoría, les exigieron enormes intereses-.

También tuvieron graves dificultades para recuperar el dinero prestado a cristianos porque o bien el plazo de devolución era posterior al 10 de agosto, fecha límite para su salida, o bien muchos de los deudores denunciaron fraude de usura, sabiendo que los judíos no tendrían tiempo para que los tribunales les dieran la razón. El Consejo Real intervino para acelerar los procesos pero no siempre tuvo éxito.​ En una carta a los reyes los judíos de Ampudia se quejaban de que "los alcaldes de dicha villa les fazían e han fecho muchas sinrazones e agravios espeçialmente diz que non les consienten nin menos les quieren fazer e pagar sus bienes muebles e rayzes que tienen nin menos les quieren fazer e pagar las debdas que les son devidas e que las que ellos deven les apremian e fazen luego las paguen aunque los plazos no sean llegados".

Luis de Santángel, converso valenciano que colaboró con Isaac Abravanel en la organización del viaje de los judíos expulsados.

Además debían hacerse cargo de todos los gastos del viaje –transporte, manutención, fletes de los barcos, peajes, etc.-. Este fue organizado por Isaac Abravanel, que fue quien contrató los barcos, teniendo que pagar precios muy elevados y cuyos dueños en algunos casos no cumplieron el contrato o asesinaron a los viajeros para robar lo poco que poseían. Avranel contó con la colaboración del funcionario real converso Luis de Santángel y del banquero genovés, Francisco Pinelo.

Los reyes tuvieron que dar órdenes para que se les protegiera durante el viaje, porque durante el mismo sufrieron vejaciones y abusos. Así relata Andrés Bernaldez, párroco de Los Palacios, el momento en que los judíos tuvieron que abandonar "las tierras de sus nacimientos"




ASPECTO POLÍTICO



¿Cómo afectó a la realeza esa acción?

En 1492 termina, pues, la historia del judaísmo español, que solo llevará en adelante una existencia subterránea, siempre amenazada por el aparato inquisitorial y la suspicacia de una opinión pública que veía en judíos, judaizantes e incluso conversos sinceros a unos enemigos naturales del catolicismo y de la idiosincrasia española, tal como la entendieron e impusieron algunos responsables eclesiásticos e intelectuales, en una actitud que rayaba en el racismo. Pero en términos generales no les afectó en absolutamente nada ya que en realidad no les aportaban mucho los judíos, pero les pudieron haber ayudado bastante en cuanto a trabajo, pero en general la realeza no perdió nada



¿Por qué se tomó la decisión de expulsarlos?

La expulsión de los judíos de España fue ordenada en 1492, en Castilla y en Aragón, por los Reyes Católicos mediante el Edicto de Granada con la finalidad, según el decreto, de impedir que siguieran influyendo en los cristianos nuevos para que estos judaizaran. La decisión de expulsar a los judíos, o de prohibir el judaísmo, 2​ está relacionada con la instauración de la Inquisición catorce años antes en la Corona de Castilla y nueve en la Corona de Aragón, porque precisamente fue creada para perseguir a los judeoconversos que seguían practicando su antigua fe. Los judíos también fueron expulsados del reino de Navarra en 1496 y del reino de Portugal en 1498. Como ya sabemos el antijudaísmo en Europa fue muy común tiempo atrás porque la realeza quería que la religión católica predominara.

En la versión castellana se hace referencia exclusivamente a los motivos religiosos —en la versión aragonesa también se alude a la usura— pues se acusa a los judíos de la herética pravedad, es decir, de servir de ejemplo y de incitar a los conversos a volver a las prácticas de su antigua religión.​ En el comienzo del decreto se dice:

Bien es sabido que en nuestros dominios, existen algunos malos cristianos que han judaizado y han cometido apostasía contra la santa fe Católica, siendo causa la mayoría por las relaciones entre judíos y cristianos.

A continuación se relatan las medidas tomadas hasta entonces por los reyes para poner fin a la comunicación entre la comunidad judía y los conversos, causa fundamental según los reyes y la Inquisición, de que los cristianos nuevos, judaícen.​ En primer lugar el acuerdo de las Cortes de Toledo de 1480 por el que se obligaba a los judíos a vivir en barrios separados de los cristianos, para evitar que los judíos puedan «subvertir y sustraer de nuestra santa fe católica a los fieles cristianos». En segundo lugar, la decisión de expulsar a los judíos de Andalucía, «creyendo que aquello bastaría para que los de las otras ciudades y villas y lugares de nuestros reinos y señoríos cesasen de hacer y cometer lo susodicho». Pero esta medida falló «porque cada día se halla y parece que los dichos judíos crecen en continuar su malo y dañado propósito donde viven y conversan.

Finalmente se explica el motivo por el que se ha decidido expulsar a toda la comunidad judía, y no solo a aquellos de sus miembros que supuestamente querían "pervertir" a los cristianos.

Se ha debatido largamente sobre las consecuencias de la expulsión. La primera, sin duda, fue de tipo demográfico, en unos territorios que no iban sobrados de población. En este sentido, las pérdidas de la Corona de Castilla fueron más graves que las de Aragón. 

A más de quinientos años de distancia, siguen las hipótesis en torno a si la expulsión tuvo un fin religioso o político. En uno y otro caso, la búsqueda de la unidad, quizá como estratagema para reforzar la monarquía de los Reyes Católicos, aparece como un elemento incontestable.



¿Hubo una respuesta por parte de los judíos?

Lamentablemente los judíos no pudieron hacer nada ya que era una orden que obligatoriamente debían de acatar y sin ningún pretexto, y asi tuvieron que irse y seguir con la segregación y discriminación que sufrían.

los Reyes Católicos no pudieron acabar con todas las vejaciones y discriminaciones que padecían los judíos, alentadas en muchas ocasiones por las predicaciones de los frailes de las órdenes mendicantes. Entonces tomaron la decisión de segregar a los judíos para acabar con los conflictos. Ya en las Cortes de Madrigal de 1476 los reyes habían protestado por el incumplimiento de lo dispuesto en el Ordenamiento de 1412 sobre los judíos –prohibición de llevar vestidos de lujo; obligación de llevar una rodela bermeja en el hombro derecho; prohibición de ejercer cargos con autoridad sobre cristianos, de tener criados cristianos, de prestar dinero a interés usurario, etc.- pero en las Cortes de Toledo de 1480 deciden ir mucho más lejos para que se cumplieran estas normas: obligar a los judíos a vivir en barrios separados, de donde no podrían salir salvo de día para realizar sus ocupaciones profesionales. Hasta entonces las juderías –donde los judíos solían vivir y donde tenían sus sinagogas, sus carnicerías, etc.- no habían formado un mundo aparte en las ciudades y además había cristianos que vivían en ellas y judíos que vivían fuera de las mismas. A partir de 1480 las juderías quedaron convertidas en guetos cercados por muros y los judíos fueron recluidos en ellos para evitar "confusión y daño de nuestra santa fe". Un proceso para el que se estableció un plazo de dos años, pero que duró más de diez, y que no estuvo exento de problemas y de abusos por parte de los cristianos.



Antecedentes sobre situaciones entre Europa y los judíos

La expulsión de los judíos de Andalucía (1483)

Interior de la sinagoga de Córdoba.

Los primeros inquisidores nombrados por los reyes llegan a Sevilla en noviembre de 1480, "sembrando en seguida el terror". En los primeros años y solo para esta ciudad dictan 700 sentencias de muerte y más de cinco mil reconciliaciones –es decir, penas de cárcel, de exilio o simples penitencias- que van acompañadas de la confiscación de sus bienes y la inhabilitación para cargos públicos y beneficios eclesiásticos.

En sus investigaciones los inquisidores descubrieron que desde hacía tiempo muchos conversos se reunían con sus familiares judíos para celebrar las fiestas judaicas e, incluso, asistir a las sinagogas. Además guardaban el sábado y los ayunos y rezaban oraciones judías.​ Esto les convence de que no lograrán acabar con el criptojudaísmo si los conversos siguen manteniendo el contacto con los judíos, por lo que piden a los reyes que sean expulsados de Andalucía. Estos lo aprueban y en 1483 dan un plazo de seis meses para que los judíos de las diócesis de Sevilla, Córdoba y Cádiz se marchen a Extremadura. Hay dudas sobre si la orden se cumplió estrictamente ya que cuando se produjo la expulsión final en 1492 algunos cronistas hablan de que ocho mil familias de Andalucía se embarcaron en Cádiz, y otras en Cartagena y en los puertos de la Corona de Aragón. Por otro lado, se propuso también la expulsión de los judíos de Zaragoza y de Teruel, pero al final no se realizó.

Según Julio Valdeón, la decisión de expulsar a los judíos de Andalucía también obedeció "al deseo de alejarlos de la frontera entre la corona de Castilla y el reino nazarí de Granada, escenario, durante la década de los ochenta del siglo XV y los primeros años de los noventa, de la guerra que concluyó con la desaparición del último reducto del islam peninsular"

Las matanzas de judíos de 1391 y sus consecuencias

La primera ola de violencia contra los judíos en la península ibérica se produjo en el reino de Navarra como consecuencia de la llegada en 1321 de la cruzada de los pastorcillos desde el otro lado de los Pirineos. Las juderías de Pamplona y de Estella son masacradas. Dos décadas más tarde el impacto de la Peste Negra de 1348 provoca asaltos a las juderías de varios lugares, especialmente las de Barcelona y de otras localidades del Principado de Cataluña. En la Corona de Castilla la violencia antijudía se relaciona estrechamente con la guerra civil del reinado de Pedro I en la que el bando que apoya a Enrique de Trastámara utiliza como arma de propaganda el antijudaísmo y el pretendiente acusa a su hermanastro, el rey Pedro, de favorecer a los judíos. Así la primera matanza de judíos, que tuvo lugar en Toledo en 1355, fue ejecutada por los partidarios de Enrique de Trastámara cuando entran en la ciudad. Lo mismo sucede once años más tarde cuando ocupan Briviesca. En Burgos, los judíos que no pueden pagar el cuantioso tributo que se les impone en 1366 son reducidos a esclavitud y vendidos. En Valladolid la judería es asaltada en 1367 al grito de "¡Viva el rey Enrique!". Aunque no hay víctimas, las sinagogas son incendiadas.11​

     

Matanza de judíos en Barcelona en 1391                          Quema de judíos acusados de ser los causantes de        

                                                                                     la Peste Negra de 1348-1351                    

                                                                                       

Pero la gran catástrofe para los judíos de la península ibérica tiene lugar en 1391 cuando las juderías de la Corona de Castilla y de la Corona de Aragón son masacradas. Los asaltos, los incendios, los saqueos y las matanzas se inician en junio en Sevilla, donde Fernando Martínez, arcediano de Écija aprovechando el vacío de poder que crea la muerte del arzobispo de Sevilla endurece sus predicaciones en contra de los judíos que había iniciado en 1378 y manda derribar las sinagogas y requisa los libros de oraciones. En enero de 1391 un primer intento de asalto a la judería puede ser evitado por las autoridades municipales, pero en junio cientos de judíos son asesinados, sus casas saqueadas y las sinagogas convertidas en iglesias. Algunos judíos logran escapar; otros, aterrorizados, piden ser bautizados.

Desde Sevilla la violencia antijudía se extiende por Andalucía y luego pasa a Castilla. En agosto alcanza a la Corona de Aragón. En todas partes se reproducen los asesinatos, los saqueos y los incendios. Los judíos que logran salvar la vida es porque huyen –muchos se refugian en el reino de Navarra, en el reino de Portugal o en el reino de Francia; otros se marchan al norte de África- y sobre todo porque aceptan ser bautizados, bajo la amenaza de muerte. El número de víctimas es difícil de saber. En Barcelona fueron asesinados unos 400 judíos; en Valencia 250

Tras la revuelta de 1391 se recrudecen las medidas antijudías: en Castilla se ordena en 1412 que los judíos se dejen barba y lleven un distintivo rojo cosido a la ropa para poder ser reconocidos; en la Corona de Aragón se declara ilícita la posesión del Talmud y se limita a una el número de sinagogas por aljama. Además las órdenes mendicantes intensifican su campaña de proselitismo -en la que destaca el dominico valenciano Vicente Ferrer- para que los judíos se conviertan y que recibe el apoyo de los monarcas –en la Corona de Aragón se decreta que los judíos asistan obligatoriamente a tres sermones al año-. Como consecuencia de las masacres de 1391 y las medidas que le siguieron, hacia 1415 más de la mitad de los judíos de Castilla y de Aragón habían renunciado a la Ley Mosaica y se habían bautizado, entre ellos muchos rabinos y personajes importantes.



Consecuencias a largo plazo

La restitución de la deuda histórica con el pueblo judío es reciente. Con la promulgación de la “Ley 12/2015, de 24 de junio, en materia de concesión de la nacionalidad española a los sefardíes originarios de España”, los judíos descendientes de los expulsados en 1492 tienen la posibilidad de que se les reconozca su origen español. Pero los trámites son complicados y costosos, de ahí que no sea fácil obtener la nacionalidad. La ley tiene más valor simbólico que práctico.


A pesar de todo, la expulsión de los judíos sigue siendo un episodio poco conocido en la historia de España. El 31 de marzo debe ser un día de recuerdo en el que conmemorar la expulsión de una parte importante de la población española. Hasta dia de hoy, la expulsión de los judios es algo muy controversial, ya que en 2015 se promulgó una ley donde se les reconocerá nacionalidad española a las familias descendientes de los judios



¿A dónde fueron después de su expulsión?

En torno a cien mil judíos se dispersaron por el norte de África, los Países Bajos, Italia y, en especial, el Imperio otomano. Allí fueron muy bien recibidos por el sultán Bayaceto II, cuyo imperio estaba en plena expansión. La población judía –ducha en el comercio, la incipiente industria, la artesanía, las ciencias, la medicina, etc.– supuso un revulsivo para la consolidación del Imperio otomano. Se cuenta que el propio Bayaceto II se burlaba de la falta de ingenio de Fernando el Católico, que había empobrecido su reino al expulsar a un grupo social de tanto provecho.


El destacado papel de los sefardíes en el Imperio otomano quedó reflejado en la Historia Pontificial y Catholica, de Gonzalo de Illescas:


Lleuaron de aca nuestra lengua, y toda via la guardan, y vsan della de buena gana, y es cierto que en las ciudades de Salonique, Constantinopla, Alexandria, y en el Cayro, y en otras ciudades de contratación, y en Venecia, no compran, ni venden, ni negocian, en otra lengua sino en Español. Y yo conosci en Venecia Iudios de Salonique hartos, que hablauan Castellano, con ser bien moços, tambien y mejor que yo”.

Según esta crónica, a comienzos del siglo XVII el español servía como lengua franca del comercio mediterráneo. Por paradojas de la historia, 1492 se recuerda como el año del “descubrimiento” de América, pero cayó en el olvido colectivo que también fue el año de la expulsión de los judíos. Al mismo tiempo que la lengua española viajaba a Occidente en las carabelas de Colón, también hubo un viaje clandestino menos conocido en nuestra historia: los judíos llevaron nuestra lengua a Oriente y la continuaron empleando y transmitiendo en las florecientes comunidades sefardíes del Imperio otomano.

Mapa de rutas que tomaron los judios.



¿En qué consistió la orden de expulsión?

El 31 de marzo de 1492, poco después de finalizada la guerra de Granada, los Reyes Católicos firmaron en Granada el decreto de expulsión de los judíos, que fue enviado a todas las ciudades, villas y señoríos de sus reinos con órdenes estrictas de no leerlo ni hacerlo público hasta el 1 de mayo. Es posible que algunos judíos prominentes intentaran anularlo o suavizarlo pero no tuvieron ningún éxito. Entre estos judíos destaca Isaac Abravanel que le ofreció al rey Fernando una suma de dinero considerable. Según una leyenda bastante difundida al enterarse el inquisidor general Tomás de Torquemada se presentó ante el rey y le arrojó a sus pies un crucifijo diciéndole: Judas vendió a Nuestro Señor por treinta monedas de plata; Su Majestad está a punto de venderlo de nuevo por treinta mil.​ Según el historiador israelí Benzion Netanyahu, citado por Julio Valdeón, cuando Abravanel se entrevistó con la reina Isabel ésta le dijo: "¿Creéis que esto proviene de mi? El Señor ha puesto ese pensamiento en el corazón del Rey?".

Unos meses antes un auto de fe celebrado en Ávila en el que fueron quemados vivos tres conversos y dos judíos condenados por la Inquisición por un presunto delito de crimen ritual contra un niño cristiano (el que será conocido como el Santo Niño de La Guardia) contribuyó a crear el ambiente propicio para la expulsión.

En la segunda parte del decreto se detallaban las condiciones de la expulsión:

1. La expulsión de los judíos era definitiva: «acordamos de mandar salir todos los judíos y judías de nuestros reinos y que jamás tornen ni vuelvan a ellos ni alguno de ellos».

2. No había ninguna excepción, ni por razón de edad, residencia o lugar de nacimiento —se incluyen tanto los nacidos en Castilla y Aragón como los venidos de fuera—.

3. Se daba un plazo de cuatro meses —que después se ampliará diez días más, hasta el 10 de agosto— para que salieran de los dominios de los reyes. Los que no lo hicieran dentro de ese plazo o volvieran después serían castigados con la pena de muerte y la confiscación de sus bienes. Asimismo los que auxiliaran a los judíos o los ocultaran se exponían a perder «todos sus bienes, vasallos y fortalezas y otros heredamientos».

4. En el plazo fijado de cuatro meses los judíos podrían vender sus bienes inmuebles y llevarse el producto de la venta en forma de letras de cambio —no en moneda acuñada o en oro y plata porque su salida estaba prohibida por la ley— o de mercaderías —siempre que no fueran armas o caballos, cuya exportación también estaba prohibida—.

Aunque en el edicto no se hacía referencia a una posible conversión, esta alternativa estaba implícita. Como ha destacado el historiador Luis Suárez los judíos disponían de "cuatro meses para tomar la más terrible decisión de su vida: abandonar su fe para integrarse en él [en el reino, en la comunidad política y civil], o salir del territorio a fin de conservarla".

Copia sellada del Edicto de Granada.


¿Cómo se dio cuenta España de las comunidades que habían creado los judíos?

  Salvo casos aislados, como Illescas, durante varios siglos apenas hubo referencias a la expulsión de los judíos. En 1860, con la toma de Tetuán por parte del general O’Donnell, se dio un primer contacto con las juderías marroquíes. Pero habrá que esperar hasta comienzos del siglo XX para que la opinión pública española conociera la existencia de las comunidades sefardíes de Oriente.


El senador Ángel Pulido Fernández, por azar, entró en contacto con los sefardíes en uno de sus viajes. A partir de ahí, comenzó una campaña filosefardí en la prensa nacional. Se ponía el foco de atención en esos “españoles sin patria” que habían sido injustamente desterrados. Pero esta campaña no llegó a tener el respaldo social deseado y se quedó en buenas intenciones por parte de unos pocos idealistas.



Escrito y realizado por Lucía Zavala y Mateo Ambriz de 3°I para HistoryNet


BIBLIOGRAFÍA

https://es.wikipedia.org/wiki/Expulsi%C3%B3n_de_los_jud%C3%ADos_de_Espa%C3%B1a#La_g%C3%A9nesis_del_decreto_de_expulsi%C3%B3n


https://theconversation.com/la-expulsion-de-los-judios-el-31-de-marzo-de-1492-una-fecha-historica-olvidada-157702

https://www.lavanguardia.com/historiayvida/edad-moderna/20170713/47314433520/la-expulsion-de-los-judios.html

https://www.youtube.com/watch?v=b7kHRyATI_A








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